En la vida espiritual el secreto más importante es precisamente la conexión.
El hombre moderno tiene el problema de que no está conectado. Sólo se conectan con Internet, de una manera virtual pero no real.
El hombre moderno no se conecta con la Madre tierra, con la salud de su cuerpo, su mente y su alma; no se conecta con la sensibilidad de los otros seres en su cercanía, ni con los animales, que decir de sus propios padres, abuelos, o con las leyes del universo que nos rigen a todos, queramos o no.
El hombre moderno en razón de que está desconectado también está desolado. No sabe a donde dirigir sus esfuerzos, su corazón, su mente, su cariño.
La filosofía nos enseña muchas maneras de conectarnos con el Supremo, a través del servicio devocional, el canto de mantras, la lectura de los libros sagrados, la ayuda mutua a los que nos necesitan, a los que necesitan el amor divino para mejorar sus vidas, la sanación de nuestras emociones a través de la oidaterapia, la práctica del bhatki yoga, el yoga del amor, el yoga del corazón.